PASÓ.





Pasó parsimoniosa frente del viejo café Riquett, pasó mesurosa por Condell, pasó distraída por el último paso de cebra sin semáforo, pasó nostálgica por la remodelación de la Plaza Echaurren. Pasó indiferente por el lado de su tristeza mientras su vida se estrellaba en las rocas del acantilado.

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